lunes, 28 de junio de 2010

Argentina - México

Se jugaba el minuto 24 de la primera parte, cuando Messi, en el último cuarto de cancha, dio un pase al hueco que buscaba el desmarque de Tévez. El portero mejicano se anticipó a la jugada, despejando el esférico como buenamente pudo. La suerte quiso que el cuero volviese a los pies de la pulga, que volvió a pasarlo al Apache, esta vez por alto y con éxito, posibilitando así un testarazo suave pero efectivo. Gol. ¿Gol? Acto seguido, el guardameta mejicano, Óscar Pérez , alzaba los brazos en señal de protesta: ¡¡Fuera de juego!!

El linier, dubitativo, miraba con desconfianza al colegiado, intentando comunicarle mediante su rictus que, efectivamente, la había cagado. El desconcierto se apoderó del Soccer City Stadium cuando Roberto Rosetti, el árbitro, se dirigió al juez de línea.

- Picha, ¿qué armas?

- Roberto, no mires atrás, disimula todo lo que puedas. Están pasando la jugada por el videomarcador. La hemos cagado.

- No me jodas. ¿Y ahora qué hacemos? Yo ya di el gol como válido. No podemos echarnos atrás.

- Algunos mejicanos están mentando a nuestras madres. Creo que mañana seremos protagonistas en los diarios deportivos. Por cierto, ¿sabes que videomarcador no existe? Lo acabo de buscar en la RAE y no viene.

- ¿Lo acabas de buscar en la RAE? Qué pasa, llevas un diccionario de bolsillo o qué.

- Na, bueno, yo no, el inadaptado y ocioso ser que escribe esta chorrada.

- Aham… - se miraron el uno al otro, a la espera de que alguno continuase con la discusión.

Tras unos segundos, el colegiado se animó - ¡Menudo cagarro, macho! Terminaré como Tom Henning, amenazado de muerte y desaparecido de la escena arbitral internacional. ¡Y todo por tu culpa!

- Macho, es que hay dos kilómetros de distancia. ¿Cómo he estado para liarla de esta manera?

- Dios santo, en un partido de octavos de final de un maldito mundial…

- ¡Ajá! Ahí está el fallo. ¿Ves? Cuando el balón vuelve a Messi, no avanzo para situarme en línea con los tres últimos jugadores. Lo intento en vano, con ese gesto tan ridículo y lamentable. Con la broma casi me lesiono.

- Cuando termine el partido te juro que te aniquilo.

- Ya se encargará la prensa de hacerlo.